¿Imaginas pasar 12 HORAS haciendo una cola?
Y que al final no te den lo que esperabas porque no dio TIEMPO...
Seguramente, los que lean las siguientes líneas, sean muchos o pocos, (seguro más pocos, poquitos, que muchos) se sentirán IDENTIFICADOS, pues sé, que todo Venezolano ha pasado por esta situación, por lo menos UNA vez en su vida.
Hace un año perdí la cita para sacar el pasaporte, que además la pidió un "Gestor", así que me aventuré en este viaje, que lamentablemente para mí, aun no termina. Tuve que introducir una carta en la Oficina Nacional de Identificación y Extranjería (ONIDEX) solicitando cambio de clave en su página Web: www.saime.com.ve Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME), en la cual, debía registrarme y optar por una fecha para entregar la documentación.
Ya estando registrada, solicité de nuevo una cita, sin embargo no fue tan sencillo, al cabo de cuatro meses sin obtener resultado, volví a las oficinas de la ONIDEX para exponer mi caso, introduje nuevamente otros documentos y en un mes pude hacer mi registro de nuevo en la Web y “re-solicitar” una fecha. Luego, tres semanas más tarde, obtuve por fin la tan anhelada CITA.
Sintiéndome satisfecha, empecé a reunir cada requisito incluyendo Bs. F 195. 00 que deposité en la cuenta del SAIME, pasó otro mes más para el día D. Tal fecha llegó y a las 5:15 AM desperté para alistarme y salir junto a mi vecino, digamos que se llama “Pedrito”, quien tenía un caso similar al mío. A las 6:15 AM, arribamos al sitio, aun sin saber lo que nos venía, esperamos con la tranquilidad típica del asunto. A pesar de que la cola parecía infinita, todo marchaba bien.
Al cabo de dos horas, ya estábamos en la puerta de la sala, donde seguía la cola, pero sentados, no obstante, nos tomó cinco (5) horas estar en las sillas, lo que significaba que estaríamos más cerca de la meta. No solo el calor, cansancio, sol inclemente, cantidad incontable de personas, hambre, sed, sueño, sino la actitud hostil y egoísta de muchos, lo que hizo de ese tiempo, un verdadero calvario.
Insultos, agresiones, gritos y caras largas formaban un total show, era como un sueño, o más bien pesadilla, y en ese ambiente hostil - taciturno pasamos cinco horas más, guardando celosamente la esperanza de llegar finalmente a las oficinas. Pero no fue así, a pesar de que el personal que labora allí trabajó una hora más de lo acostumbrado, no alcanzaron las 12 HORAS para atender a las últimas personas que allí quedamos.
La sensación de frustración e impotencia, no se hicieron esperar, a la vez que en mi mente corría todo como un reality-show, sentía que no podía ser cierto y que en algún momento saldría el anfitrión del programa a decirnos “esto es una broma, saluden a la cámara”, lo que obviamente no sucedió, sería demasiado bueno y osado.
Durante aquel inesperado “vía crucis” vivenciado, tuve tiempo de reflexionar acerca de las escenas, (tal vez por eso aguante tanto) pude leer la situación, posturas, caras, gestos, palabras, miradas y hasta el silencio de todos los presentes, y me di cuenta que cada uno dejo una parte de decencia en su almohada, un trozo de humanidad en la alfombra, un tanto de humildad y caridad en la ducha. Y es que, en aquel circo que se armo, era tan evidente la falta de TODO de TODOS, nadie quería ayudar a nadie, nadie estaba dispuesto a tolerar nada de nadie, pero lo peor de todo es que no habían seres humanos, apenas entraron en ese salón se extinguió la raza.
Era como si se tratara solo de las necesidades de cada uno y no, de un común. Hubo vestigios de algo parecido “colaboración” pero fue manchado por el fulgor del interés, después de todo “soy yo quien me importa, no las demás personas que están aquí con el mismo derecho”.
Hubo muchos acontecimientos que impactaron mi atención, las personas que se “colearon” descaradamente, y además si te atrevías a señalarle de cualquier manera, lo errado de su proceder, se transformaban en el peor ogro, los que pagaron para salir más rápido y accedieron por una “segunda entrada”, los PADRES que con la escusa de tener hijos, se formaban en la cola prioritaria para APROVECHAR de sacar su pasaporte también, a pesar de haber llegado una o dos horas después que los que estaban en la cola.
Pero hubo algo que llamó alarmantemente mi atención, (que para ese momento era muy difícil, porque el cansancio ya empezaba a mellarme), no había ningún funcionario ni autoridad, que mantuviese el orden en la sala, que dictara las normas y velara su cumplimiento por parte de todos, que llevase un control del turno de cada persona, que protegiera nuestro derecho inalienable de SACAR EL PASAPORTE y además resguardarnos de posibles agresiones.
En contraste a ello, nos arropó la sombra de una sarta de INCOMPETENTES, “CHANCHULLEROS”, INHUMANOS, EGOISTAS, BURLISTAS y MEDIOCRES ASALARIADOS, quienes ni siquiera hicieron bien lo único que les tocaba hacer: SU TRABAJO, por el que le pagan, mucho o poco, pero es su DEBER. Además, están tan acostumbrados a ser aquello, que olvidaron la razón de ser de su labor como personal de un ente prestador de un SERVICIO y por tanto tienen CONSTANTE contacto con SERES HUMANOS, vivos, que respiran, que les late el corazón y tienen un cerebro que envía información a cada parte del cuerpo y es capaz de almacenar datos y sensaciones, es decir PERSONAS PENSANTES CON SENTIMIENTOS, que al igual que ellos, sienten y padecen.
Mi descripción anterior parece ser ELEMENTAL, pero para ellos es un código extraterrestre, impensable, indescriptible e indescifrable. Por lo que la palabra SERVICIO, y más aún su significado parecen ser un tipo de comida, pero en hebreo, porque sencillamente no lo ENTIENDEN.
No es mi intención hablar de política, pero lamentablemente, tal como un cuerpo, si la cabeza no funciona bien, el resto de las partes tampoco podrá, así sucede con el alto ejecutivo, si su manera de mandar y de prestar un servicio no sirve, el resto de sus empleados tampoco lo hará y actuará copiando a sus superiores.
En conclusión, es lamentable, verdaderamente, el sistema bajo el que hemos vivido casi toda la vida, es desalentador que sea costumbre dejar que nos vejen, nos chantajeen, nos descalifiquen, nos nieguen lo que por derecho nos pertenece, que siga sobreviviendo el más “vivo” y tolerar el mal servicio, porque también hemos sido malos clientes y/o usuarios.
Vivimos sumidos en nuestros propios conflictos, vemos solo a través del ojo de lo propio, nos olvidamos que no convivimos solo con animales, sino, con seres humanos, que tienen también problemas, desaciertos y anhelos. No nos podemos dar el lujo de acostumbrarnos al egoísmo y al hacerle mal a lo demás, porque si aquí en la tierra todo queda impune, en las leyes de Dios, crean, NADA QUEDA SIN CASTIGO.
Supuestamente nos pautaran otra cita en otro recinto, para VOLVER a hacer una cola, y aspirar a tener SUERTE y por fin entregar los requisitos para tramitar el PASAPORTE... pero ahora TODO ES INCIERTO...
ResponderEliminarQue chimbo eso mi I, ¿sabes si para la renovación del pasaporte es el mismo Viacrucis?
ResponderEliminarbueno amiga todo lo que escribistes fue lo que senti y vivi el 28 de abril y desisti para volver a ir tuve que pagar y asi lo obtuve
ResponderEliminaren serio??? que horrible!!! yo creo que me tocará hacer lo mismo!! que ladilla! jajajaja que desesperación
ResponderEliminar