¡Todo pasa!
Rumbo a la excelencia (Artículo tomado de la Revista Paréntesis del Diario el Carabobeño el día 30 de Mayo de 2010) |
Amancio E. Ojeda Saavedra Desde la contemplación del paisaje que arroja mi ventana, puedo ver el cerro que días atrás se estaba consumiendo por las llamas, hoy luce un verdor radiante que expresa salud y vigorosidad. Extrañaba esa imagen que en cierto modo ha servido como inspiración de muchos de mis artículos. Cuando lo comencé a contemplar, expresé en voz alta: ¡Todo pasa! Acto seguido vinieron a mí muchos de los amargos momentos con los que la vida me ha puesto a prueba, y que hoy son parte de mi historia, tomando el valor de haberme ayudado a forjarme como el ser humano que hoy soy. Mi reflexión anterior no es novedosa ni exclusiva, es común y aplicable a todos los hombres y mujeres que hacemos vida en este espacio terrenal. Mi interés sobre esa reflexión está referida a la grandeza de la vida, de darnos la oportunidad de construirnos en lo bueno y en lo desafiante, y que si hay un desafío que “quema nuestra alma y nos exprime lágrimas de dolor”; en ese mismo momento, comienza un proceso de transformación interna que hace que el verdor y la alegría de vivir llegue nuevamente. Los cerros en silencio soportan la tala y quema, y si los dejamos libres por un tiempo, ellos vuelven a ser esa inmensa fuente de vida. Me encanta pensar que esa imagen de transformación del cerro, tiene aplicación en nuestras vidas, y que los humanos aprendamos a evolucionar y nuevamente florecer, basados en el diseño de nuestros propios espacios de soledad, sumergiéndonos en una reflexión sincera y honesta, que genere nuevos pensamientos, y que éstos se conviertan en semillas que nos conducen a nuevos y sanos frutos. Es necesario confiar que en nuestra soledad las cosas que hoy nos alteran pasan con más calma; es preciso comprender que si en mi soledad no logro tranquilidad, es porque no he aprendido a sentir compañía conmigo mismo; y es vital saber que en mi compañía -como lo hace el cerro-. ¡Todo pasa! Declaro que no no soy el autor de este artículo, solo quiero compartir su contenido. |
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