El Diario de una Fulana

Y entre tantos te encontré, sin buscarte ni esperarte siempre estuviste ahí. Soy la que en tus sueños veías, descalza y cara lavada, detrás siempre de una ventana, ahora me tienes enredada en tu cama. Nada sucede por casualidad, ahora lo sé, y tu también.

Ca fé, risas, salidas, playa, guías, comida, pulseras, zarcillos, sueño, bus, ENRIQUETA, cine, FLOR DE PATRIA, cuentos, birras, BAILE…   No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos o estamos a punto de perder. No sabía que te quería tanto y tampoco que eres tan especial en mi vida. Hasta ahora no pensaba que tenía tantos momentos grabados en la mente. No creía que pudieses hacerme tanta falta. Eres una persona que Dios puso en mi camino y muy a pesar de mi resistencia a dejarte entrar en mi vida, Él insistió en que debías estar. Cada día que pasa viene a mi mente momentos de risas, riñas, palabras, trabajos, siestas, comidas, café, cine, abrazos, bailes, cuentos, consejos y maquillaje. Todo esto me hace recordar que tú eres una pieza de mi puzzle, de lo que soy hoy, en lo profesional, en mi relación y en todo, tu haz sido una protagonista en mi historia. Porque no estés aquí ahora, no pienso en despedidas, no pienso es resignarme, no imagino mi vida sin ti, mi boda sin ti,

Ahí estaban ellas, delgadas, despreocupadas, alegres, estudiantes, contando historias de sus vidas, conversando acerca de lo más relevante del día, entre cotufas, té, cine y risas. Ellas juntas son como un muro infranqueable, nadie más puede entrar, pero esta bien. Juntas porque quieren, pasan el día juntas, estudiando, se reúnen en la casa de alguna, se maquillan y siguen conversando. Entre ellas, en ese círculo, vive un sentimiento natural y espontáneo que las lleva a permanecer juntas y querer estar ahí, la amistad. Un tesoro que una vez que encuentras no puedes dejar, no lo puedes cambiar por una fortuna, pues ya lo es. Fuente de cariño interminable, trascidende fronteras, bastón de apoyo, libro abierto, guía práctica, sin fines de lucro, un diamante en bruto. Las observaba y por lo que hacían añoré mis años de andanzas con mis propias amigas, anhelé poder ir al cine con ellas, hasta un poco de envidia sentí porque ellas tienen algo que yo ya no, la vida trae sorpresas, antes d