Es difícil complacerlos a todos



Hay momentos en los que las personas que más nos aman, pueden ser causantes de grandes dolores y penas en nosotros. Aquellas personas que nos rodean y hacen de nuestra vida un poco más fácil, nos aman, nos cuidan, no hacen la comida, nos llevan al colegio de pequeños, nos ayudan con las tareas, secan nuestras lágrimas y hacen de enfermeros cuando estamos mal, esas misma personas que durante años de nuestra vida nos han profesado amor, amor del bueno, del puro, del eterno, son esas mismas quienes pueden hacernos mucho daño.

Es que el hecho de estar bajo sus alas, nos hace blanco simple de críticas, se les hace más sencillo juzgarnos y decirnos tantas palabras (bonitas y unas tantas no tan lindas), por estar tan cerca de nuestra esencia, tienen un poder casi único de quitarnos lo que nos han dado, de decirnos lo mal que lo hacemos y hasta que mal nos vestimos.

Es así, esas personas tienen la potestad (o creen tenerla) de agredirnos cuando quieran por la sencilla razón de que fueron ellos quienes nos dieron la vida, lo que comemos y vestimos, gracias a ellos estudiamos y somos lo que somos, esto si es una realidad imbatible, pero a caso ¿esto es un ticket de entrada a la destrucción o glorificación nuestra? ¿Esto les da un derecho natural de arrebatarnos felicidad? ¿De destruir lo que nosotros escogemos tener y odiar a quienes queremos (amigos, parejas)? No compró esta idea, porque ¿tanto me amas que me quieres alejar de lo que amo?.

Por no aceptar que uno escoge su propio camino, uno es el que escoge con quien, todos vamos tras la felicidad, y otros viven la felicidad, es una opción, pero en realidad hay quienes te aman y no aceptan ni se alegran con tus decisiones, solo porque a ellos nos les favorece lo que tú elegiste para ti.

¿No es maña aquellas madres que intentan “coleccionar” a los hijos? Al parecer, pues no quieren que nadie se los toque ni se los lleve, son un trofeo, una estatua que les recuerda lo buena madre que son, o tal vez la certeza de que no estarán solas al llegarles la vejez.

Entiendo el amor único de madre, es la experiencia de vida más maravillosa que la mujer puede vivir, llevar 9 meses a una criatura en la barriga y encargarse durante el tiempo que no pueda valerse por si mismo, pero esa vida no es de nadie, no te pertenece, esa vida es de quien nació, Dios le dio la oportunidad de venir al mundo y el hermoso regalo de hacer su vida, siempre agradecido por lo que tu, su mamá, hiciste por el, pero este ser tiene que vivir su propia aventura y algún día se irá de casa para bien, por decisión propia, por su felicidad, no significa que te abandona y es malagradecido, es solo que vive, emprendió vuelo…


Lo decía elocuentemente Khalil Gibran, quien asiente en su obra El Profeta

Tus niños no son tus niños,

Son los hijos y las hijas de los anhelos que

siente la Vida por sí misma.

Vienen a través de ti pero no de ti.

Y aunque están contigo, no te pertenecen.



Palabras para él…

“Se que debe ser fuerte sentir

que la persona que te trajo al mundo

no es feliz con tu felicidad;

aquel ser más especial para cada ser,

en el momento MÁS feliz de tu vida,

Te defrauda, porque ahora que tu decidiste,

Ahora que elegiste tu propio camino,

Ahora que ya no eres su inquilino,

Ahora que quisiste emprender un vuelo

Junto a la persona que amas, que quieres para ti,

Junto a la persona que elegiste para compartir

tus días, ahora que estas preparado para

Tener tu propia familia,

Siente tristeza porque te vas,

¿No es egoísmo?

No se puede complacer a todos”

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