Y tuve que seguir




Esperé casi paciente bajo la tormenta para ver el arcoiris que nunca llegó.
Estuve frente a frente con los demonios que amenazaban con quitarme el mundo como lo conocía.
Caminé sobre carbones encendidos en fuego para llegar a ti.
Con vendas en los ojos caminé por un precipicio hasta caer.
Viví en con el aliento sostenido de no saber qué pasaría luego.
Aguanté los rugidos de leonas ambrientas solo para poder estar contigo.
Con el corazón hecho pedazos seguí amándote.
Con los ojos empapados en lágrimas te vi partir.
Tuve que aprender a hacer todo sin ti.
Tuve que aprender a explicarle a ella porqué no te vería más.
Me acostumbré a tomarme el café de la mañana sin ti.
A dormir sin ti.
Y tuve que seguir...

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