Finalmente
Y aquella noche el frío se colaba por mi camisa a medio vestir y mis ojos no paraban de llover.
Inmóvil, con el filo en mis manos, aún podía sentir mi corazón palpitar rápido.
En el suelo, yacían pedazos de las botellas rotas y solo podía pensar que lo que está roto, nunca vuelve a estar completo.
Entre el ruido de autos que pasaban y las luces de neon que titilban, sonaba la canción que una vez nos hizo bailar.
Mis ojos dejaron de llover, mi camisa aún a medio vestir, el frío finalmente me arropó y mi corazón, por fin, dejo de latir.
eS MUY BUENOOOOOOOOO!
ResponderEliminarHola El More. Mil gracias por dedicarle un tiempo a leerlo y a dejar tu comentario. Que fortuna que te gustó. Saludos!
Eliminar