Y qué te puedo decir, si sentada a tu lado , pegadita a ti, como si el resto del asiento de la pickup no existiera, se sentía la gloria, ahí me sentía segura, como si nunca nada malo iba a pasar... ¡Ahí me sentía plena e infinita!
Si la mente fuera una caja, pudieras ver dentro de la mía el amargo pasado que llevo dentro. Si, lo arrastro, porque me dolió, me superó, y no es fácil sanar, soltar… Ahí guardo los recuerdos como fotos y videos, los momentos hermosos que vivimos juntos, los dos y luego los tres, aquellos tristes, llenos de lagrimas, rabias y decepciones. Si la abres, verás aquellas noches infinitas en las que lo veía sin poder dormir y adolorido, verás en colores vívidos, como un video, el momento en el que nos dijeron la más temible noticia, el mostro nunca dejó la cueva. Si de verdad quisieras saber qué hay en mi caja de memorias, ahí está la familia del piso 6, bailando en la sala después de un rico desayuno, ella, aunque como está pequeña ,siempre sonriente y dispuesta a hacer de todo momento un juego, el, el rey de la casa, baila y canta con ella, su tesoro, y yo, yo bailo, miro y fotografío el momento. Dentro de mi caja guardo aquellas palabras perforadoras, escritas y h...
Aprendí a vivir conteniendo el aire constantemente. Se me dificulta tomar una bocanada de aire y soltarlo. Me di cuenta que vivo con el pecho apretado, como si una gran roca estuviera encima de mi todo el tiempo. Camino con un saco inmenso a cuestas. Tristemente, aprendí a vivir así, pesada, cansada, incómoda, triste. Con sinceridad , sé fingir mi sonrisa tan bien, que nadie se ha dado cuenta lo rota que estoy por dentro.
La necesidad de algunas personas de asignarle cara y nombre al culpable de sus desgracias, te pondrá a ti en el papel de Maléfica en sus historias. No importa, déjalos que crean que han encontrado al gran responsable de su infelicidad, eso les da una sensación de felicidad y realización, pero la realidad es que están viviendo una mentira, mientras, tu sigue tu vida, siendo el protagonista de tu historia, tu eres tu propio creador de felicidad o miseria, no los demás. Tu sabes quién eres y adonde vas, que el miedo de otros no te encandile la vista en la ruta, cada quien con sus procesos. Si tengo que ser la mala de sus relatos, no me importa, si me quieren coronar con los cuernos de Maléfica, para sentirse bien, entonces que así sea, mientras ustedes ciegamente creen esa narración inventada, yo vivo mi vida con conciencia, tranquila de saber quién soy y hacia donde voy, cada quien es dueño de la historia que se cuenta. Y sé que esas personas, a donde vayan, con quien hablen, disem...
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