Me gustan esos días...



Me gustan los días así, cuando me levanto temprano, y empiezo a hacer cosas en la casa. Cosas que me gustan, porque dejan una sensación de bienestar y finalidad.

Me gustan los días así, cuando me levanto y tengo un objetivo, un propósito que cumplir.

Me gustan esos días en los que me siento optimista, encaminada a algo, aunque no sea grande, o una gran meta, me gusta el sentimiento de realización.

Me gustan esos días en los que no me persigue el fantasma de la apatía, esos días en los que logro salir de mi rutina patética y camino. Camino, miro, respiro, cocino, limpio.

Esos días, que no se sí son culpa de las hormonas, no se sí son por el cambio climático, no se sí son por la brisa, la sequía, no se sí son mi años, pero son, llegan.

Esos días son mi calma, después de la tormenta, son mi sol después de las lunas que arropan noches largas y crudas.

Me gustan los días donde sonrío de alegría y paz, me gustan los días en los que respiro tranquilidad, y transpiro felicidad.

Admiro a aquellos que viven su sueño y no viven soñando, como yo.

Admiro a esas personas que hacen realidad, llevan a cabo, tachan de su lista.

Admiro aquellas personas que no huyen sino que enfrentan.

Me gustan esos días en los que puedo elegir ser feliz sin importar ser una más, sin importar qué quiero, sino que intento que me guste lo que tengo.

Me gustan esos días en los que no recuerdo que estoy aquí, sentada, mirando la TV, sin más nada que hacer.

Me gustan esos días en los que no me molesta ser.

Me gustan esos días, en los que no desespero, en los que no me auto-castigo.

Me gustan los días que huelen a vainilla, a ropa lavada, a cocina limpia,

Me gustan los días en los que puedo terminar, dar fin.

Me gustan esos días…

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