Se esfumó!
Tu aroma se esfuma tan rápido como el vuelo de un colibrí.
Me escondo dolida detrás de tú recuerdo,
aunque no lo quiera admitir.
Cubro mis ojos con la venda del miedo, para
no ver lo que tengo delante de mi.
En esta hora bendita, no quiero oír, lo que
tus labios intentan decir.
Es el adiós inminente a lo que
quiero huir, y es tan grande el dolor que ni puedo gemir.
Déjame sola, mientras te sientas aquí, lo
que intento decir es que no me dejes morir.
En esta habitación sórdida y gris lo único
que escucho es mí llanto infantil.
Háblame, grítame, mátame, da lo mismo,
porque igual hace rato este corazón dejo de latir.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Vuelve pronto