El Diario de una Fulana

Necesito abrir un libro que me lleve al país de las maravillas y ser Alicia, necesito ser el personaje que quiso triunfar lográndolo con dedicación. Quiero ser un árbol que da sombra y frutos en abundancia. Quiero abrir mis ojos al sur y cobijarme con la luz que destella el sol. Tengo ml sueños que cumplir, tengo mil metas que alcanzar. Debo empezar, busco la puerta de entrada o una ventana. Llevo conmigo un pesar, un pesar que no me deja avanzar, siento una inmensa nostalgia de aquellos días que no tardaron en llegar pero se fueron tan rápido, aun tengo el sabor en mi boca. Sabor a canto, a libertad, a despreocupación, sabor a chocolate y diversión. Quiero escribir en las páginas en blanco de mi historia, hechos hermosos, emocionantes, llenos de vida, de creatividad, de esperanza y de logros. Ahora soy un mendigo de pensamientos y de motivación. Soy un pez que se ahoga en su propio mar, un ave que tiene grandes alas y no las sabe usar. La felicidad de la vida...

Decir si mirando atrás, solo para recordar que estoy haciendo lo correcto, decir “Lo tomo” sin vacilaciones y con la agridulce incertidumbre típica del futuro. Sentir los latidos del corazón justo cuando estas a punto de explotar de emoción. Controlar el movimiento de las manos, ese temblequeo producido por nervios de ver que pasa, de recibir aquello que tanto haz esperado, la dicha de saber que lo estás haciendo realidad!!!! Ese sentimiento, estado mental o decisión, como quieran que lo llamen, AMOR, es la pila de la vida, la fuente que emana oxígeno, la sangre del cuerpo, la cura de todo mal y paradójicamente el mal de muchos… eso que se siente y no se explica con palabras, aquello que le dicen Idioma Universal, pero que en cada ser humano es tan distinto. Si, AMOR, amor del bueno, del que está en su justa medida, del que construye, no destruye, del que acompaña, no del que aturde, del que espera, pero que tiene prisa. Si ese amor, sabroso que te hace pararte mañana...